Carácter
universal del tema de la bruja.
Por Lisímaco Henao Henao
Extracto de la tesis "El retorno del Eros, el tema de la bruja como imagen de lo femenino inconsciente" (Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia, año 2000), próxima a publicarse como libro.
Existe
en diversos lugares del mundo, especialmente en las áreas rurales, un conjunto
de leyendas cuyo personaje principal recibe convencionalmente el nombre de
“bruja”. La Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana habla de
antiguas tradiciones persas acerca de reuniones y asambleas de mujeres que se
realizaban especialmente en montañas o bosques. Pero en general se considera
que, en la tradición occidental, las brujas están emparentadas con las lamias griegas:
“Las brujas tienen sus precedentes en las lamias de la antigua Grecia, mujeres
fabulosas que devoraban a los niños, o que chupaban su sangre, como las striges o sagas (arpías) latinas, transformadas en aves, perros, ratones y
moscas.”
[1]
![]() |
Carl Spitzweg, Vuelo de brujas, 1875 c. |
Encontramos una referencia antigua a las brujas y a la
creencia de que pueden volar en un documento que data del año 315 D.C. ,
expedido por el Concilio Ancirano o Romano, que imponía penas a aquellas
mujeres que “creyesen o profesasen que por la noche son llevadas en volandas
cabalgando en bestias y corriendo largos espacios de tierra con Diana, diosa de
los paganos o con Herodías y muchedumbre de mujeres, y que en ciertas noches
son llamadas a servirla.”[2].
En este documento podemos observar cómo la leyenda de las brujas, se mezcla con
el interés de la iglesia romana de defender sus intereses contra los rezagos de
antiguas religiones. Sin embargo, al parecer estas viejas imágenes se negaban a
desaparecer:
“En el siglo X era vulgar la conseja de las mujeres que,
seducidas por ilusiones diabólicas, viajaban con Diana, cabalgando en brezos
yéndose a juntar en apartadas tierras para honrar a la diosa, fábula contra la
que se indignó el abad Regino y contra cuya profesión el obispo Burcardo
imponía la excomunión en el siglo XI.”[3]
A partir del siglo XIV, la iglesia católica empieza a
considerar la brujería como una secta satánica, aplicando contra sus seguidores
la pena de muerte. Las torturas, confesiones forzadas y ejecuciones,
especialmente por medio de la hoguera, hacen parte de la historia europea hasta
1793, año en que se registra (oficialmente), la última ejecución en Suiza. (La
terrible costumbre llegó a Norteamerica a fines del siglo XVII, ejecutandose
con especial rigor en el estado de Massachusetts[4]).
Alemania, España e Inglaterra, se disputan el primer puesto en número de
mujeres quemadas por esta acusación. Aberlé, un autor citado por la
Enciclopedia, relaciona la brujería con la antigua mitología germana y escribe:
“Mas brujas fueron quemadas en Alemania que herejes en
España, durante siglo y medio.”[5]
.
Pero,
¿quiénes eran las brujas?. La Encilopedia recoge, de la historia, dos grupos de
características. Del primer grupo sobresalen las siguientes:
“...bruja
era la mujer que hacía mal a otra, la que mostraba intento dañino, la que
miraba de reojo, la que salía de noche, la que cabeceaba de día, la que andaba
triste, la que reía con exceso, la disipada, la devota, la espantadiza, la
valerosa y grave, la que confesaba, la que se defendía.”[6]
Otras características se agrupan así:
“Las
brujas gozan del poder de causar mal de ojo y de curar ciertas enfermedades;
poseían el conocimiento de sucesos lejanos, los secretos de las ciencias y
artes, hablaban diversidad de lenguas y hacían otras maravillas semejantes
a las del espiritismo moderno.”[7]
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"Diana y sus ninfas después de la caza" por Jan Brueghel El Jóven. |
Estaba en juego lo Femenino expresándose en las mujeres, a través de algunas cualidades que, supuestamente, estaban reservadas para los hombres tales como curar enfermedades, interesarse en ciencias y artes o simplemente dar muestras de cierta autonomía (salir de noche, reír en exceso, andar triste, etc.)
En
las brujas se proyectó toda la negatividad que, por no ser reconocido, produce
lo Femenino en el hombre en su relación con las mujeres, de esta manera se
trató de obviar la verdad quemando a aquellas que la mostraban.
Antes
de pasar a revisar la tradición que existe en Colombia sobre la brujería,
finalicemos con una frase, que expresa representaciones de lo Femenino que, en
algunos casos, concuerdan con los discutidos al final del capítulo anterior:
“En las brujerías no hay distinción, ni grados, ni cuerpo
de doctrina, ni rito, ni ley alguna; todo era personal, interno y extravagante;
una algarabía de mujerzuelas que rezaban, oían misa, comulgaban (un autor
contemporáneo dice que recibían la hostia debajo de la lengua) y que no dejaban
de vivir en paz con sus maridos.”[8]
[1]
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. Ed. Espasa-Calpe, S.A.
Madrid 1968 p. 1072. Según la Enciclopedia, las características de convertirse
en animal se conservan en todas las creencias europeas posteriores, en las que
luego se fueron agregando otras como volar tras untarse con una
pomada mágica, realizar la misa negra
junto a Satanás y el ritual mismo de convertirse en bruja o aquelarre. Todos estos elementos, como
veremos, se encuentran presentes en la leyenda colombiana.
[2]
Id. P. 1074
[3]
Id. P. 1072
[4]
Id. P. 1072
[5]
Id. P. 1074
[6]
Id. P. 1073
[7]
Ibid. Las cursivas son mías.
[8]
Id. P. 1073
¿Un principio de esquizo colectivo histórico?
ResponderEliminarUn complejo colectivo... algo así!
EliminarQue belleza Lisi.Que rico que lo publiques demasiado merecido para esta belleza.
ResponderEliminargracias Lisi por aportarnos estos textos tan fundamentales en nuestro ser.
ResponderEliminarEsta excelente el contenido, felicitaciones.
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