MEMENTO
(Chirstopher
Nolan, 2000)
APUNTES PARA UN CINEFORO
APUNTES PARA UN CINEFORO
TEMÁTICA:
Laberinto, memoria y subjetividad.
(ACLARACIÓN: La elección de
las películas para los CINEFOROS CASA JUNG responde al deseo de explorar un
tema en particular, más que a analizar el carácter artístico de la obra, en esto nos conducimos por el principio arteterapéutico según el cual importa la expresión, más que el arte y sus criterios colectivos.)
El Yo es una función de la
psique, una herramienta que se genera en la interacción con el mundo exterior, que nos permite relacionarnos con los datos de ese mundo exterior y con las
reacciones internas a esos datos. El Yo se basa entonces por un lado en la
memoria, que nos da la sensación de continuidad y por el otro en el cuerpo, que
informa sobre la posición en el espacio y los estados afectivos resultantes del encuentro con el medio, mediante las
sensaciones. En otras palabras la memoria nos dice dónde estuvimos y nos
informa de un acumulado de imágenes sobre nosotros mismos, además de proveernos de una existencia temporal que se mantiene en medio de los cambios (una forma de "existencia holográfica" quizás), mientras que el
cuerpo nos ofrece la valiosa percepción de existir como un volumen de tres
dimensiones en un espacio también de tres dimensiones, volumen que además expresa
sensaciones y afectos diversos. La
prueba de que el cuerpo es también un aspecto del Yo la encontramos en los
trastornos de la imagen corporal, en los que una persona puede representar su
propio volumen de una forma, incluso ver esa forma en el espejo, mientras que
todo el mundo ve otra (algunos analistas junguianos nos hablan del concepto de "cuerpo psíquico", que se asocia con estas ideas).
En cuanto a la memoria es válido
hacernos una pregunta inicial: ¿es la memoria como una cámara fotográfica?, ¿recordamos
las cosas tal como sucedieron?, quizás no deberíamos apresurarnos en responder
a esa pregunta, quizás debamos recordar esos momentos en los que uno de
nuestros recuerdos fue controvertido por el recuerdo de otra persona sobre el
mismo suceso (cuando otro lanza la frase “eso no sucedió así”). Este fenómeno
de distorsión mnémica se debe a tres factores principales: 1. las emociones que
acompañan a las imágenes almacenadas 2. al poder asociativo de las imágenes y 3.
al tiempo transcurrido; la ecuación resultante sería más o menos esta: a más
tiempo, mayor acumulación de emociones y, por ende, también mayor cantidad de
conexiones de la imagen almacenada con otras provenientes de otros recuerdos o
incluso de un imagen presente. No debemos olvidar que el carácter emocional de
las situaciones es lo que hace que estas sean recordadas (a menor emoción,
menor registro).
Además de los 3 factores
mencionados, hay uno más complejo que influye en la alteración de la memoria:
la influencia de factores inconscientes como la disposición personal, los
complejos y el interés del alma en hacerse a imágenes que le permitan continuar
hacia adelante, en el proceso de individuación, en otras palabras, para ser uno
mismo la psique puede hasta torcer la historia. Este es un factor que podemos
llamar “de conveniencia”, así la memoria sirve al futuro y no sólo al registro
del pasado, así sirve al alma y no sólo al Yo.
Para el psicoanálisis el Yo
es sobre todo una construcción imaginaria, estoy de acuerdo en ello, esto que
llamo “mi yo” es una condensación y amontonamiento de imágenes sobre lo que
creo que soy, una precipitación especular. Existen, no obstante, emergencias en
este Yo que provienen de otros ámbitos, emergencias como estas distorsiones de la
memoria que nos comprueban la tesis de Freud sobre un cierto aspecto
inconsciente en el Yo mismo. Sumado a todo esto, un sujeto puede encontrarse
poseído por estas imágenes sobre sí mismo, es decir, no ser capaz de dudar,
cuestionar o confrontar lo que cree ser, en cuyo caso nos encontramos ante una
inflación del Yo o ante una patología de lo que Jung denominara el “complejo
del Yo”.
En la película Memento, el
Yo del protagonista comparece expresando un deseo de ordenar su mundo a partir
de la memoria inscrita en el propio cuerpo (aquí cuerpo y memoria son
literalmente uno), pero también aparece otro deseo: el de falsear, olvidar o
alterar los recuerdos. Nos queda la pregunta de si el segundo deseo
corresponderá al Yo o a otro ámbito de la psique que quiere expresarse mediante
esa suplantación de la propia identidad. Algo se quiere mostrar y algo se
quiere ocultar, al ocultamiento precisamente parece servir el laberinto de la
memoria y el olvido, pues como afirma Mircea Eliade: “"Un laberinto es
muchas veces la defensa mágica de un centro, de un tesoro, de una
significación. Penetrar en él puede ser un rito iniciático, como vemos en el
mito de Teseo. Este simbolismo es el modelo de toda existencia que, a través de
numerosas pruebas, avanza hacia su propio centro, hacia sí misma, hacia el atman,
por emplear el término indio”; quizás nuestro protagonista esté siendo movido a
través de esta estructura arquetípica hacia el descubrimiento de alguna
consciencia de sí mismo, eso parece indicar el final de la película.
Conversaremos en torno a
varios símbolos que aparecen en la película y a las emociones que transmiten, puesto que asistimos a una obra en la que el protagonista se plantea preguntas
que tal vez cualesquiera de nosotros se habrá planteado alguna vez:
¿Y si nada de esto hubiera
sucedido? ¿Y si no hubiera dicho o hecho esto o aquello?
¿Es posible siempre con fuerza de voluntad (fuerza y
disciplina) retener lo que yo quiera en la memoria?
¿Existe el significado del mundo a pesar de que yo
no lo recuerde? ¿Está el mundo ahí aunque yo no lo registre? ¿Existiría el
mundo tal como yo lo veo aunque yo no
existiera?
¿Cuál es el papel del
instinto en el fenómeno de la memoria? ¿Puede llamarse memoria a la repetición
instintiva? (manejar carro) (reflejo)
¿Podemos sanar por
repetición? ¿Es la repetición un intento de rescatar algo olvidado que serviría
para sanar?
Lisímaco Henao Henao.
Psicólogo y Analista
Junguiano.
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